Concentración no es lo mismo que Atención
¿Sabías que la concentración y la atención no son lo mismo? Es cierto que ambos conceptos guardan similitudes, pero mientras que la concentración implica enfocarse exclusivamente en algo y excluir todo lo demás, la atención incluye todo lo que ocurre a nuestro alrededor, cada detalle, cada cosa que ocurre, nada se nos escapa.
Es fácil ser víctima de la distracción
Lamentablemente, con demasiada frecuencia solemos ser víctimas de la distracción y nos resulta difícil concentrarnos, en parte por estar atentos a lo que ocurre a nuestro alrededor, lo que resulta imprescindible si queremos ser productivos en el ámbito laboral. Es algo que a todos nos ocurre, especialmente cuando llevamos un ritmo más acelerado, ya sea en cuestiones personales o profesionales. En estos momentos resulta muy útil contar con algunos trucos que nos permitan mejorar nuestro nivel de concentración, aunque solamente sea durante un periodo de tiempo.
Es obvio que hay muchos agentes externos que pueden influir en nuestra capacidad de concentración, como son por ejemplo las interrupciones externas a las que estamos expuestos por parte de otras personas o del propio ambiente. Pero es importante aprender a controlarlas para ser productivos. Pero además de evitar las interrupciones externas, existen otras técnicas de concentración que podemos aplicar en nuestra vida diaria para aumentar nuestras posibilidades de mantenernos concentrados. A continuación te contamos cuáles son:
Las mejores técnicas de concentración
1. La técnica de concentración del espacio
Esta técnica consiste en crear nuestro propio espacio de trabajo para mantener nuestro nivel de concentración en cada tarea que hacemos. Seguro que te concentras mejor en un espacio limpio y bien organizado que en uno sucio y lleno de cosas. Pero además, es importante que nuestro espacio de trabajo nos transmita tranquilidad. Si hay algo que crees que puede suponer un obstáculo para mantener la concentración, intenta buscar una solución antes de comenzar. Esto incluye comer y beber pues no hay nada más molesto que sentir hambre o sed mientras estamos trabajando.
Una vez que sepas cuáles son las condiciones que más favorecerán tu concentración, prepara tu lugar de trabajo e incorpora a él todas las que puedas. Además, intenta planificar momentos de máxima concentración cuando las circunstancias sean las más apropiadas.
2. La técnica de concentración de la respiración
Se trata de observar tu respiración. Cierra los ojos y respira profundamente, siendo consciente de cómo entra y sale el aire de tus pulmones. No tienes que hacer nada más, únicamente poner tu atención en ello durante 15 segundos. De esta forma, conseguirás tranquilizar tu mente y olvidar las distracciones cuando sientas que empiezas a perder la concentración.
3. La técnica de concentración de la acción
Consiste en realizar un pequeño movimiento para volver a establecer el foco. Muchas veces necesitamos alguna acción física para recuperar nuestro nivel de concentración. Por ejemplo, algo tan fácil como escribir, coger un bolígrafo o teclear puede ayudarnos a volver de nuevo a la tarea que estábamos realizando.
4. La técnica de concentración del interés
Obviamente es más fácil enfocarse en algo que nos resulta interesante. Intenta buscar la parte buena de cada tarea, aquello que te interese. Incluso si el tema o la tarea que estás llevando a cabo no te atraen en absoluto, piensa en cómo esa tarea puede beneficiarte a ti o a otras personas. Pero también puedes enfocarla en las habilidades o conocimientos que adquirirás al hacerla. Además, intenta aprovecharlas para ir mejorando tu interés por aquellas cosas que no te gustan tanto y que cada vez te resulte más fácil concentrarte. Recuerda que el saber nunca está de más y la formación no ocupa lugar.
5. La técnica de concentración del objeto
Se trata de enfocar tu atención en un objeto del entorno. Elige un objeto de tu entorno y míralo durante 1 ó 2 minutos. Fíjate en los colores, las texturas, las formas, los movimientos que hace. Si tu mente empieza a divagar, vuelve a hacerlo. Otra técnica es mirar fijamente una vela encendida durante 30 segundos y después cerrar los ojos intentando mantener la imagen nítida en nuestra mente. Cuando la imagen haya desaparecido, vuelve a repetirlo. Gracias a ello, no solamente mejorarás tu capacidad de concentración, sino también tu memoria.
6. La técnica de concentración del premio
En psicología hay muchas terapias que se basan en el "refuerzo positivo". De la misma forma, puedes premiarte cuando hayas conseguido un objetivo concreto que previamente te hayas propuesto. Por ejemplo, si tienes que leer un informa muy extenso, concédete un descanso o date un pequeño masaje cada vez que acabes de leer un número de páginas determinado.
7. La técnica de concentración de la separación
Consiste en imaginar que te vas a otro lugar. Cuando estés trabajando, piensa que existen montañas o paredes insonorizadas a tu alrededor que te aíslan del resto del mundo. Hazlo de manera intencionado durante varios minutos. Muy útil cuando nos vemos obligados a trabajar en un ambiente con mucho ruido o bullicioso.
8. La técnica de concentración de "5 más"
Comienza con algo sencillo, como mantenerte enfocado sin ningún tipo de distracción durante 5 ó 10 minutos. Una vez que hayas conseguido este objetivo, intenta ir ampliando el tiempo 5 minutos más antes de tomarte un descanso. La idea es ir aumentando la duración de forma progresiva hasta que puedas mantener la concentración durante 50 minutos sin interrupciones y sin distracciones. Pero nunca llegues a los 60 minutos. Del mismo modo que nuestro cuerpo necesita un descanso de vez en cuando, nuestra mente también necesita hacerlo. Cuanto mayor sea la intensidad del trabajo, con mayor frecuencia necesitarás descansar para recuperar tu capacidad de atención.
9. La técnica de concentración de los pensamientos
En lugar de intentar eliminar los pensamientos que te distraen durante tu jornada laboral, escríbelos de manera que puedas encargarte de ellos más tarde. De esta forma, descargarás tu mente automáticamente y podrás concentrarte en lo que estás haciendo en ese momento.
10. La técnica de concentración de la prioridad
Empieza a establecer prioridades en tu día a día. Hazlo al comienzo de tu jornada. Decide qué harás, cuando lo harás y qué dejarás para otro momento. Establece objetivos claros y lo más concretos y realistas posibles. Si es necesario y te resulta más sencillo, toma nota de ello. De esta forma, podrás ir tachando lo que vas haciendo y sintiéndote satisfecho por tus logros.
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