Convertirse en entrenador personal no es tarea fácil. Y no hablamos ya de obtener la formación necesaria para ser entrenador personal, aprobar todos los exámenes y conseguir ganarse la vida con ello, sino también de cumplir con todos los requisitos legales en el caso de que queramos trabajar de manera independiente como autónomos.
Cada sesión requiere mucha preparación
El entrenador personal es una de las profesiones que mayor demanda ha experimentado en los últimos años. Sin embargo, aunque desde fuera pueda parecer fácil, no es así. Además del esfuerzo que se debe realizar para obtener la formación necesaria, preparar una sola sesión de entrenamiento conlleva muchas horas de trabajo detrás, diseñando la rutina en base a lo que se ha trabajado en las sesiones anteriores, lo que se va a trabajar en las posteriores, los objetivos que desea conseguir el cliente y el perfil del mismo. Con lo cual, si quieres ser entrenador personal, debes saber que vas a tener que dedicar mucho tiempo y esfuerzo si realmente quieres que las sesiones sean efectivas.
¿Qué estudiar para ser entrenador personal?
Es cierto que la experiencia es un grado, pero para ser un buen entrenador personal es fundamental contar con una buena base teórica en anatomía, fisiología, biomecánica y un largo etcétera. Conocimientos que pueden adquirirse a través de la titulación de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte o estudiando cada una de estas disciplinas por separado en profundidad. Es cierto que existen buenos cursos de entrenador personal, pero también lo es que a aquellos que no cuenten con una buena base o preparación en esta materia les resultará mucho más complicado no solamente obtener las certificaciones, sino también dedicarse a ello.
Hace unos años, esta profesión era menos conocida, pero resultaba más sencillo ganarse la vida con ello. En la actualidad, el mercado laboral ha crecido y son muchas las personas que se dedican a esta profesión. Algunos de ellos sin tener la capacitación suficiente para ejercerla, lo que entraña grandes riesgos de dañar o lesionar gravemente a algún cliente.
En cualquier caso, contar con la titulación de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, aunque es un buen comienzo, una base, no garantiza la capacitación profesional para dedicarse a esta profesión. Considerar que una vez terminada la carrera, sabemos todo lo que debemos saber supone un gran error. En este sentido, los posgrados y la formación complementaria son una excelente opción para seguir aprendiendo y obtener las competencias necesarias. Con lo cual, podemos decir que ambas cosas son importantes y que ninguna de ellas por sí sola te convierte en un buen entrenador personal.
¿Qué cualidades debe tener un buen entrenador personal?
1. Cualidades para ser entrenador personal: Asegúrate bien de lo que haces
A fin de cuentas el entrenamiento es salud. Si no tienes claro lo que estás haciendo, no solamente transmitirás inseguridad a tu cliente, lo que es peor, pondrás en peligro su salud. Por este motivo, es tan importante contar con una buena base teórica y estar siempre en constante aprendizaje de los nuevos métodos y sistemas de entrenamiento que puedan ir surgiendo para valorar si aplicarlos o no en tu trabajo. Además, debes tener claro que el objetivo del ejercicio no es sólo tener un cuerpo espectacular, sino estar saludable. Conciencia a tu cliente de ello para darle una dosis extra de motivación.
2. Cualidades para ser entrenador personal: Liderazgo
Si no cuentas con dotes de líder, entonces debes establecer entre tus objetivos aprenderlas. Piensa que durante la sesión de ejercicio un entrenador personal es un líder, la figura que motiva, anima y que se convierte en el modelo a seguir, tanto por su físico como por sus conocimientos sobre cómo estar en forma y cómo llevar una vida saludable.
No a todo el mundo le gusta entrenar y realizar sacrificios, por lo que si el entrenador es pasivo y solamente se dedica a marcar la rutina de ejercicios, es muy probable que el cliente termine cansándose y, lo que es peor, que hable mal de su experiencia contigo. Le guste o no entrenar, tu cliente debe divertirse durante la sesión, sentir que ha trabajado y quedarse con ganas de volver. Por esta razón, es fundamental que te guste el trato con la gente. El componente psicológico de este trabajo es muy importante.
3. Cualidades para ser entrenador personal: Lamentablemente, el físico es importante
Muchas personas creen que si el entrenador personal no tiene un cuerpo atlético no es un buen profesional. Lo cierto es que hay excelentes profesionales con muchos conocimientos y una amplia experiencia en su trabajo, pero que simplemente no tienen tanto tiempo para ejercitarse o a los que nos gusta tener un cuerpo tan musculado. Esto no significa que tengas que pasarte el día haciendo rutinas de entrenamiento, pero sí mantenerte en forma, ya que, al fin y al cabo, debes ser un modelo a seguir.
4. Cualidades para ser entrenador personal: El conocimiento también se enseña
Este punto es muy importante. Y es que si tú fueras el cliente, seguramente te gustaría que tu entrenador personal no solamente guiara tu rutina de entrenamiento, sino que también te enseñara cómo hacer las cosas y por qué se hacen de esa manera y no de otra. Un buen entrenador personal no solamente debe pedir a su cliente que realice un ejercicio porque sí, sino acompañarlos con el aprendizaje de los músculos que se están trabajando, por qué se hace, cuáles son los efectos de un determinado ejercicio sobre el cuerpo, etc. Y es que si el cliente entiende el ejercicio, lo aprovechará aún más.
Un entrenador personal tiene muchas facetas
Así pues, un entrenador personal no es solamente un profesional que se dedica a diseñar rutinas de ejercicios para que el cliente consiga los objetivos que busca, sino que además es un profesional que se preocupa por la salud de las personas, un compañero, un líder y, en muchos casos, un amigo. Pero, eso sí, para llegar a serlo es fundamental empezar por una buena base, que es la formación teórica. Y es que entrenadores personales hay muchos, pero realmente buenos no tantos.
