Nos encontramos en plena época de exámenes. El mejor momento para ir a una biblioteca, aunque sólo sea a ver su fauna. Y es que sólo el olor de sus instalaciones parece atraer a todo tipo de personajes y activar lo peor de ellos.
Se forman colas y más colas a la entrada de bibliotecas y salas de estudio…
Sin embargo, ¿de verdad toda esa gente va sólo a estudiar?
1. El del facebook: es un experto en el “autoengaño”. Convencido de que se lleva el portátil para estudiar, su historial de búsquedas no va más allá de facebook o twitter. Lo curioso es que se siente tan culpable, que minimiza la pestaña en cuanto oye algún ruido.
2. El que va a ligar: su preparación antes de ir a la biblioteca consiste en apuntar su número de teléfono en pequeñas notitas que irá repartiendo indistintamente por las mesas de las chicas. Para este grupo, les aconsejo que visiten el más que conocido ForoCoches y su especial “Consejos para ligar en una biblioteca”.
3. La de los tacones: el terror de cada biblioteca. Porque por muy pesado que pueda resultar “el que va a ligar”, al menos él no se puede poner TACONES. Y es que el sonido de los tacones debe alcanzar una frecuencia que puede hasta con los tapones. Suelen ser fans de las bibliotecas nocturnas.
4. El jubilado que va a leer: llega, abre su periódico, y ocupa tu mesa, la de al lado, y la de enfrente si es necesario. Todo ese ritual suele ir acompañado de comentarios sobre “la juventud de ahora”, o sobre diversos asuntos que va ojeando en el periódico.
5. El que no se duchó desde que comenzaron los exámenes: ¿se puede oler mal desde las 9 de la mañana? Las bibliotecas y el metro demuestran que es posible. Y es que a veces lo de “no tengo tiempo ni para ducharme” no es ninguna broma.
6. El que fuma: suele ser de los que sólo fuman en la biblioteca o de fiesta. El caso es que abre los apuntes, se empieza a poner nervioso/a y tiene que salir inmediatamente a “fumar un piti”. Una recomendación: no vayáis con él/ella, ya que os hará acompañarle y si no lo hacéis, os pondrá esa cara de perro pachón que tiene tan ensayada.
7. El de los subrayadores: tus apuntes están sucios, llenos de tachones… y de repente miras al de al lado y ves que utiliza 10 colores de subrayadores diferentes dependiendo de si se trata de un nombre de persona, una fecha, una cabra o un pez.
8. El que manda callar: nadie sabe quién es, pero siempre se oyen sus resoplidos de queja y sus órdenes mandando callar a todo aquel que se atreve a abrir la boca. A veces le pueden los nervios y desenmascara su identidad: te mira como si fueras el mismo demonio reencarnado y sólo te dice: perdón, ¿te puedes callar? Esa frase nunca varía.
9. El que habla por teléfono: suena un teléfono, todos creen que va a salir fuera a cogerlo, pero están equivocados. Él/ella decide descolgar el móvil y hablar bajando la voz, creyendo que nadie le escucha. Es un personaje absolutamente incompatible con el que manda callar…lo mejor es llevar unos dardos tranquilizantes en el bolso por si se cruzan.
10. El del redbull: se ha tomado 3 redbull, 5 cafés, y 2 coca-colas. Tras el último trago, es el momento en el que decide levantarse e irse. Ya ha hecho suficiente por hoy.
11. Los que se meten mano: estáis equivocados si pensáis que tienen 16 años y el único momento en el que se pueden enrollar es en la biblioteca. Su media de edad roza los 40 y aún no ha sido hallada ninguna explicación lógica a su comportamiento.
12. El loco de la biblioteca: es un personaje fundamental, que no falta en ninguna biblioteca. Siempre hay el loco del parque, el loco del barrio…pero puede que el de la biblioteca sea el que más juego da. Aunque sólo sea por aburrimiento.
13. El habitual de la biblioteca: es el más entrañable de todos. Da igual el mes, el día de la semana, si es por la mañana o por la tarde…él siempre está ahí. Y lo peor es que suele ser el crack de los suspensos.
Y tú, ¿prefieres estudiar en tu casa o sueles hacerlo en una biblioteca? Y si es así, ¿te suenan familiares este tipo de personajes?, o mejor aún ¿te catalogarías como alguno de ellos?