Un real decreto modificado parcialmente hace apenas un año se ha cargado de un plumazo a cientos de profesores. El Real Decreto ha establecido nuevos requisitos para ejercer de profesor de secundaria y bachillerato en centros concertados y privados.
Como consecuencia de ese real decreto, hay profes que ya no pueden trabajar, precisamente por eso, por real decreto, y contra eso poco se puede hacer. Pero veamos quienes son los damnificados: Los graduados en Periodismo, Comunicación Audiovisual y Publicidad, que pertenecen a la rama de ciencias sociales ya no pueden impartir clases de lengua castellana y literatura ni tampoco de lengua extranjera, solo los profes con background en Humanidades o Arte podrán hacerlo según dice el decreto.
Pero los damnificados no se quedan en estos. Graduados en Ciencias económicas que podían dar clases de matemáticas a estudiantes de Bachillerato y de la ESO, ahora si quieren seguir ejerciciendo sus funciones necesitarán de un grado en Ciencias o Ciencias Experimentales y de la salud.
El problema se acentúa para algunas personas ya que a algunos les ha pillado estudiando el máster en formación del profesorado, formación indispensable hasta ahora, para poder ser profesor en centros públicos, concertados y privados era necesario tener el máster en formación del profesorado (antiguo CAP, que ya suscitó en su momento mucha polémica porque dependiendo del lugar en el que se estudiara duraba 192 horas (baleares) o 900 (Valencia) y con precios tan dispares que iban desde los 875 hasta los 2.000 euros) pero ese es otro asunto. El tema es que multitud de estudiantes del máster para ser profesor, si continúan con su idea de dar clases, tendrán que estudiar el grado que les permita hacerlo, sin duda, un contratiempo que puede ir de 3 a 5 años de nuevos estudios, un despropósito sin parangón. O tendrán que preparar las oposiciones oportunas.
Ya hay asociaciones que han denunciado la situación pero el derecho a la pataleta, en la mayoría de ocasiones se queda en eso, una simple protesta sin más recorrido. En este caso es la Federación de Asociaciones de Periodista de España (FAPE) la que lanzó un comunicado denunciando la situación. En ese comunicado se advierte de la poca transparencia de algunos centros de formación que siguen publicitando el máster como el vehículo para impartir clases, sin advertir del cambio legislativo en ningún sitio. Y, cuidado, detallan que se trata de universidades privadas y ¡universidades públicas!. Además solicitan al Ministerio de Educación la reforma del Real Decreto 665/2015 para que se reconozca la titulación de Periodismo y Comunicación como vía de acceso para conseguir un empleo como profesor en la Educación pública.
Por Comunidades, Madrid y Andalucía son las regiones con más afectados, pero una vez más, el criterio de los inspectores de educación no es consistente y dependiendo del inspector se valora o no la experiencia previa. Hay Comunidades como Cataluña y Aragón en las que aún no se han emitido informes desfavorables de la Inspección Educativa desde la aprobación del Real Decreto, pero eso no es garantía de nada. Antes o después, salvo que se modifique el Decreto, los habrá.
Ciudadanos presentó el pasado 13 de diciembre una proposición no de ley en la que insta al gobierno a que las universidades que imparten el máster en formación del profesorado lo hagan de forma clara y transparente, advirtiendo de la legislación vigente. Se trata de, al menos, evitar que haya estudiantes que caigan en el engaño con todo lo que eso supone a nivel emocional, en timing y a nivel económico, por supuesto.
Una vez más vemos como la intervención del estado no solo no genera nuevos puestos de trabajo, sino que los destruye. Desde nuestro punto de vista debería valorarse mucho más la experiencia de las personas en ese campo profesional que los títulos formativos que posea, porque en muchos casos, como el que comentamos en este reportaje, el gobierno teje su propia tela de araña que dificulta mejorar el nivel del profesorado en nuestro país, generando una serie de damnificados que, algunos de ellos, fruto de esa tela burocrática desaprovechará su know-how saliendo perjudicados los alumnos ávidos de aprender. Una pena, pero así funciona el sistema.