#NosotrasParamos. Es uno de los lemas con los que mujeres de todo el mundo, también de España, se acaban de sumar a un paro que ha contado entre sus objetivos con el de poner coto a la desigualdad. Más desempleo y durante más tiempo; una mayor temporalidad en los contratos; menos opciones de promoción interna y un salario para el global de las trabajadoras que, de media, se sitúa un 23% por debajo del que perciben en su conjunto los trabajadores varones son hechos que retratan la realidad de un binomio –mujer y empleo- lleno de brechas que se han visualizado en toda su amplitud con motivo del Día de la Mujer Trabajadora.
-23% es la brecha salarial
Aunque quedan muchas medidas por adoptar para que estas distancias se acorten hasta eliminarse, la jornada reivindicativa ha aportado algunos datos en los que el saldo es ligeramente positivo, entre ellos un leve aumento de trabajadoras autónomas y emprendedoras, así como una realidad que puede ayudar a las mujeres que busquen incorporarse al mercado laboral a revolverse ante la desigualdad: entre las mujeres con mayor nivel de formación la tasa de paro se reduce sensiblemente. Y es que, pese a que pueda parecer una idea retrógrada, hay todavía muchas personas que asocian la figura de la mujer en la empresa al secretariado o administración. Puestos muy loables pero que no tienen por qué ajustarse a la figura femenína. Seas hombre o mujer, en esta selección de cursos de administración y secretariado puedes encontrar un buen futuro profesional.
+3% de paro
Pese a ello, la radiografía de la brecha que se perfiló el Día de la Mujer Trabajadora sigue siendo rotunda: el porcentaje de mujeres sin empleo supera en más de tres puntos al de los hombres y, de hecho, da cuenta de las grandes dificultades que está enfrentando actualmente la mujer que se queda sin empleo y que, además, no encuentra más que baches para reincorporarse al mismo. Así, aproximadamente cuatro de cada diez mujeres sin trabajo llevan más de dos años buscándolo sin poder encontrarlo.
Esta realidad es especialmente aguda en el caso de las más jóvenes, cuya incorporación al empleo es muy difícil y precaria. Tanto es así que desde los sindicatos se sostiene que más de 7 de cada diez contratos temporales ofertados en España son ocupados por mujeres jóvenes que, así, enfrentan una mayor inestabilidad, además de salarios más bajos.
30% empleos básicos
Las diferencias señaladas se estrechan o ensanchan en función de los distintos sectores de actividad, en los que la presencia de la mujer es también desigual. Numerosos estudios indican que la mujer trabajadora lo hace en buena medida en el sector servicios. Cajeras, dependientas o camareras, entre otras, representan casi el 30% del global del empleo femenino. Los trabajos de menor cualificación son otros que predominan, con más de 15 de cada cien mujeres trabajadoras asumiendo en estos momentos funciones elementales, por ejemplo en servicios de limpieza o empleo doméstico. En el otro lado de la balanza, sectores como la construcción o la industria están todavía por incorporar a la mujer; que también trabaja de forma muy minoritaria en profesiones relacionadas con la seguridad o la agricultura, así como en tecnología, sector clave que también presenta una disparidad en cuanto al volumen de trabajadoras y trabajadores.
Brecha salarial mujeres y hombres: Las TIC, necesitadas de talento femenino
El sector tecnológico es uno de los que más crece en España y en la Unión Europea. Tanto es así que asociaciones profesionales del ramo y las propias empresas que lo lideran vienen insistiendo en la falta de personal suficientemente formado para cubrir la oferta de empleo que se prevé en este campo. Distintos estudios apuntan en este sentido que, en toda Europa, más de 800.000 puestos de trabajo podrían quedarse sin cubrir por la falta de candidatos con la formación requerida para desempeñar estos empleos. Si quieres ser una de las personas que opten a ellos no dejes de mirar esa selección de cursos de ingeniería en sistemas de la información.
Ante esta realidad que se perfila de aquí a 2020 el sector trata de estimular el acceso de mujeres a un ámbito en el que, actualmente, más de 80 de cada 100 personas trabajadoras son varones; por menos de 20 mujeres. El porcentaje se reproduce en el caso de los cargos de responsabilidad en los que, de nuevo, la presencia de la mujer se sitúa por debajo del 20% en este sector.
Así, mientras el mercado laboral busca, incesante, perfiles profesionales de desarrollo informático, análisis, arquitectura cloud o ingeniería de telecomunicaciones, entre otros muchos relacionados con las TIC, la presencia de mujeres en estudios orientados a la informática y la tecnología es todavía tímida. De hecho, distintos análisis apuntan a que entre las personas que finalizan estudios universitarios de informática y telecomunicaciones no más de un 20% son mujeres en el conjunto de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en la que se incluye España.
Por ello, se abren oportunidades de acceso al empleo en este ámbito en el que, no solo hay oportunidades, sino que estas suelen destacar por ser, por lo general, de mayor calidad y estabilidad que en otro sectores. Así, cursar estudios universitarios o de Formación Profesional en tecnología, además de cursos de especialización, es una vía que estudiantes y profesionales pueden aprovechar para avanzar en su acceso a un sector dominante en la economía y, todavía, claramente masculino.
Brecha salarial mujeres y hombres: La formación, clave para acortar la brecha
+Formación=menos desempleo
Pero la formación se presenta como clave no solo en el ámbito de las TIC. Distintos estudios constatan que, a más formación, menos desempleo femenino. Así, las mujeres que cuentan con educación primaria son las más numerosas entre las que no encuentran empleo, seguidas de las que no concluyeron la educación secundaria. Por el contrario, aquellas que han finalizado los estudios universitarios enfrentan una tasa de paro muy inferior y son, además, las más numerosas entre las más de ocho millones de trabajadoras que hay en España, al suponer casi la mitad del total. Por ello, avanzar en la formación contribuye a acortar una brecha que es todavía ancha y que, pese a estrecharse entre las mujeres más formadas, sigue mostrándose con nitidez en distintos aspectos, entre ellos la baja presencia de mujeres en puestos de mando. Esta realidad se palpa, por ejemplo, entre los responsables de empresas de hasta diez trabajadores, de los que solo uno de cada tres es mujer.
De vuelta al acceso al empleo, las dificultades se muestran con especial claridad entre las jóvenes, que representan un porcentaje mínimo entre las más de ocho millones de trabajadoras que hay en España y que, además, son muchas menos que los trabajadores varones. En estas edades, formarse en áreas en las que existe demanda de profesionales –como las TIC- y adquirir habilidades cada día más valoradas y cotizadas, como los idiomas o la capacidad de atención al cliente, puede facilitar el acceso entre las mujeres más jóvenes a un mercado laboral en el que, todavía, son muchas las puertas que se les cierran.
Los datos, que constatan que la presencia de la mujer en el empleo se concentra en sectores con salarios más bajos como la hostelería o el empleo doméstico, coinciden en que cuanto más sólida sea la formación de la mujer, menos ancha será la brecha que tenga que enfrentar en sus condiciones y su acceso a un mercado laboral en el que, sin embargo, son tantas las transformaciones sociales que deben operarse que se estima que la igualdad real puede hacerse esperar hasta un siglo y medio.