Si no sabes lo que es LEINN, solo te daremos un dato, es el única carrera en madrid con una tasa de empleo del 100%. ¿Quieres ser un LEINNER? Nosotros te decimos donde estudiar LEINN.
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Que es LEINN
Los términos de liderazgo, emprendimiento e innovación se han convertido en los ingredientes de moda del éxito empresarial. Y es que en el mundo actual, para prosperar en el mundo de los negocios, es fundamental contar con líderes emprendedores que apuesten por la innovación. Las dudas que surgen son: “¿Qué tipos de líderes necesitamos?”, Cuál debe ser el modelo de emprendimiento?” y “¿Qué tipo de innovación debemos aplicar?”. Lo cierto es que las combinaciones son muchas y muy variadas y no todas pueden asegurarnos la consecución de resultados óptimos. Vayamos por partes.
- Emprendimiento: es cierto que hay múltiples perfiles de emprendedores y modelos de negocio y que las inquietudes de unos y otros pueden ser distintas. Sin embargo, la mayor parte de ellos coinciden en que necesitan más recursos y que el mercado les sea favorable.
- Liderazgo: Tosltoy decía “Todo el mundo piensa en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”. Esto quiere decir que para cambiar el modelo de las empresas, el primer paso es que nosotros mismos cambiemos nuestra manera de actuar como líderes. Desafortunadamente no siempre sucede de esta forma. Actualmente encontramos pocos líderes que hayan salido de su zona de confort y se hayan lanzado a explorar nuevos terrenos para incorporar a su proyecto ideas nuevas y realmente creativas.
- Innovación: siempre se repite que el emprendedor debe tener ideas creativas y crear productos y servicios que aporten un alto valor añadido al cliente. Es precisamente aquí donde entra en escena el componente de la innovación. Un elemento que podríamos definir como la capacidad de las empresas, personas y naciones enteras de crear constantemente el futuro que desean.
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Cada fase de desarrollo en una empresa requiere de un modelo de liderazgo. Después de la fase de emprendimiento, conseguir que el proyecto evolucione hacia una empresa consolidada es lo más complicado. Es la combinación de dos perfiles complementarios de liderazgo lo que garantiza la supervivencia del negocio a lo largo del tiempo. La mentalidad que debe sostenerse en el tiempo para hacer crecer la empresa es aquella que mezcle ambos perfiles. Por eso, no es extraño que haya surgido el Grado Universitario Internacional en Liderazgo Emprendedor e Innovación (LEINN), la primera titulación oficial de emprendimiento que existe en España y la única carrera con una tasa de empleo del 100%. Cientos de opiniones de LEINN de otros estudiantes ya avalan el éxito de este tipo de formación.
Donde estudiar LEINN
Puedes cursar el LEINN en Madrid y Barcelona en los centros Teamlabs. Puedes encontrar centros de formación de LEINN en Valencia o LEINN en Bilbao, de los centros ValenciaLab y Mondragon Unibertsitatea.
En los últimos años, el auge del emprendimiento en muchos países ha dado lugar a la aparición de líderes que poco o nada tienen que ver con la tradicional figura que todos conocíamos del directivo empresarial. Ambos tienen habilidades que pueden ser similares, pero la realidad es que no comparten la misma visión de lo que es un negocio, por lo que lo abordan de maneras diferentes.
LEINN vs MBA
A la hora de poner en marcha una nueva empresa, ante las mismas ideas y los mismos recursos disponibles, el líder y el directivo de toda la vida actúan de formas distintas. Aquellos que se han formado a través del MBA tradicionales basan su comportamiento en el “razonamiento causal”, lo que significa que buscan la opción más óptima para alcanzar los objetivos previamente establecidos usando los recursos que tienen a su disposición. Un modelo que se asienta sobre las bases de que si es posible predecir lo que ocurrirá en un tiempo, será posible tenerlo todo bajo control. Se estudia el mercado, se divide y se decide cuál es el mejor segmento para llevar a cabo la labor de posicionamiento.
En cambio, el emprendedor descubre al cliente. Frente a la lógica causal y analítica del directivo tradicional, el emprendedor usa el razonamiento más eficaz, centrándose en los recursos de los que dispone y dando menos importancia a los objetivos concretos. Así pues, este tipo de líder no se pone objetivos específicos a cumplir desde el primer momento, sino que espera a que estos vayan apareciendo con el tiempo. Cuando la empresa se crea, se preguntan quiénes son, cuál es su filosofía de negocio y cuáles son las habilidades que poseen, cuál es la formación y la experiencia que tienen y con qué contactos cuentan para su empresa. Planteamientos fundamentales para enfrentarse a los diferentes escenarios que pueden crearse, llevar a cabo pruebas y saber cuáles serán los resultados que surgirán de ellas.
Dichas pruebas se basan en ofrecer el servicio o producto al cliente, lo que le reportará información muy valiosa para el futuro desarrollo de la empresa. Se trata pues de conocer en profundidad al cliente y hacerle partícipe del proceso. Gracias a lo cual, es posible crear un compromiso futuro entre ambos. El pilar básico para definir el mercado en el que nos movemos y planificar bien la estrategia que se va a seguir. Ejemplos de éxito de este modelo de negocio lo podemos ver claramente en empresas como Starbucks, que actualmente cuentan con establecimientos en todo el planeta y cuyo modelo se basa en la personalización de su producto, que es el café.
Es cierto que el modelo del directivo tradicional tiene sus ventajas, como un acceso más rápido al mercado, una medición más sencilla de los resultados, la búsqueda de mejores soluciones y mayor conocimiento, resultando muy eficaz para mercado definidos. Sin embargo, el modelo de líder ofrece más opciones de mercado, mejor análisis de los riesgos, un progreso gradual de capacidades y la posibilidad de descubrir nuevos mercado conforme se avanza, lo que resulta más efectivo para mercados innovadores y menos definidos, en futuros difíciles de predecir para evitar reacciones adversas de los potenciales clientes.
Con lo cual, la principal diferencia entre ambos radica en la eficacia ante los distintos escenarios que plantea el mercado, por lo que no podemos decir que ninguno sea correcto o incorrecto. De hecho, ambos deben complementarse para atender con éxito a los diferentes escenarios que se vayan presentando en el mercado.