Si a estas alturas confiesas que no te manejas bien con el teléfono móvil, que los idiomas no sirven para nada y que las redes sociales no son lo tuyo, estás bastante alejado del prototipo de profesional que más buscan las empresas. Y es que contar con formación superior, saber inglés y estar al corriente de las últimas tendencias tecnológicas son algunos de los requisitos que más se valoran. Además, por supuesto de otras cualidades como tener iniciativa y enfrentarse a los problemas con optimismo. Dos cualidades fundamentales en un mundo tan cambiante como el actual.
Esto no quiere decir que tengas que ser un superhéroe, pero si prepararte para destacar en un mercado laboral en el que los perfiles más demandados son aquellos que saben combinar movilidad geográfica, versatilidad, orientación al éxito, imaginación, innovación, creatividad y diversidad. Se trata en definitiva de contar con la capacidad suficiente para saber adaptarse a un entorno profesional cada vez más competitivo y globalizado. Y es que es precisamente esta capacidad la que hace que podamos adaptarnos a las nuevas tendencias y avances tecnológicos que se van produciendo. Pero veamos con más detalle cuáles son todas estas cualidades que debería tener el candidato perfecto para la empresa actual.
1. Formación
Aunque la formación universitaria está muy bien valorada, no hay que hacer un doctorado para acceder a un puesto cualificado. Hoy, los FP a distancia ponen las cosas muy fáciles pues permiten estudiar desde casa en un tiempo relativamente corto y contar con una formación cada vez más demandada en el mercado laboral español. Perfiles como el ingeniero, el experto en business inteligence, el controller financiero y el especialista en Big Data, entre otros, son los más solicitados. En cuanto a la formación de postgrado, ésta no se valora especialmente, excepto en los perfiles más técnicos.
2. Competencias
Este es el punto débil de muchos candidatos y precisamente uno de los aspectos en los que los seleccionadores suelen ser más exigentes. Y aunque existen habilidades específicas más valoradas en función del tipo de trabajo, la orientación al cliente y a los resultados es una de las competencias transversales más demandadas. Seguida de la flexibilidad y la autonomía en el puesto. Las empresas no quieren trabajadores que pidan permiso para dar cada paso, sino profesionales con entusiasmo que lleguen con ganas de comerse el mundo. Sin olvidar habilidades como la capacidad para trabajar en equipo y una visión acorde con el mercado en cada momento. El objetivo es que el profesional esté preparado para tomar decisiones acertadas y a tiempo.
3. Idiomas
El inglés se ha convertido en el idioma de los negocios. Y es que además de tener 400 millones de nativos en todo el mundo, hay otros 400 que lo hablan como segunda lengua. Y no solamente es necesario tener un nivel avanzado, sino hablarlo con fluidez y con riqueza de vocabulario. Si no hablas inglés, tus posibilidades de acceder a un buen puesto de trabajos e reducen considerablemente. No obstante, saber alemán, ruso y chino, en orden de importancia, también está muy bien valorado.
4. Movilidad geográfica
Contar con experiencia en mercados internacionales no es solamente un requisito deseable, sino un aspecto que se fomenta en diversos sectores de nuestro mercado laboral. Las compañías buscan candidatos que llegado el momento no tengan reparos en cambiar de lugar de trabajo. De hecho, aquellos que se muestran dispuestos a viajar transmiten tener una mente abierta y profesionalidad por no tener ningún inconveniente en ir allí donde su proyecto lo requiera. Sin embargo, solamente el 28% de los candidatos incluyen en su curriculum la posibilidad de viajar a nivel internacional, un 12% a nivel nacional y un 11% dentro de su comunidad autónoma.
5. Tecnología
Aunque no se trata de un elemento tan decisivo como el caso de los idiomas, es un punto que se valora. No obstante, se da por hecho que la mayoría de los candidatos cuentan con cierto manejo en Office, navegación por Internet y en medios de comunicación online. En cualquier caso, no es una exigencia de tanto peso cuando se buscan perfiles que no requieren de habilidades tecnológicas, siempre que los candidatos tengan una base mínima.
6. Redes sociales
Aunque el número de contactos que un candidato tiene en sus redes sociales no es significativo, los extremos sí que pueden poner en alerta a los reclutadores sobre ciertos comportamientos. Por ejemplo no sería normal que un directos de I+D que lleva a cabo su trabajo de una manera más introspectiva tuviera demasiados contactos y que por ejemplo un director de comercio internacional no llegara a los 100.
7. Edad
Los reclutadores afirman que la edad ha dejado de ser un tabú. Aunque los mayores de 45 años han sido el colectivo más afectado por la crisis, lo cierto es que la mayoría cuentan con escasa cualificación. Eso sí, podemos decir en su favor que cuentan con más años de experiencia y más valor que aportar que otros profesionales con más formación.
8. Experiencia
La situación por la que atraviesas actualmente el mercado laboral español hace que tanto los candidatos con poca como con demasiada experiencia estén teniendo dificultades para encontrar trabajo. Sin embargo, hay empresas que ven en los candidatos con experiencia demostrada candidatos deseables para evitar riesgos. Generalmente se suelen valorar entre los tres y diez años en un puesto similar.
9. Otros conocimientos
Cualquier tipo de formación relacionado con el área comercial, finanzas o informática es siempre un buen complemento para el curriculum. Para ello no es necesario optar por la formación reglada, sino que puede estudiarse algún Curso de FPO a distancia para adquirir los conocimientos necesarios. Por ejemplo, en el mercado actual un director financiero que además domine el área de recursos humanos sería un candidato muy deseable. Y es que esta versatilidad puede resultar muy interesante para la empresa. De hecho, uno de los ámbitos que se valoran más actualmente en cualquier curriculum es tener conocimientos en marketing digital.
10. Hobbies
Por supuesto, no debemos infravalorar los aspectos relacionados con lo que hacemos en nuestro tiempo libre. Es más, en algunos casos se convierte en el factor decisivo en un proceso de selección. Y es que los hobbies aportan equilibrio frente al trabajo, pueden ser muy útiles para hacer negocios y ayudan al networking. Para tener buenas ideas es importante saber desconectar de vez en cuando y las aficiones son la mejor forma de hacerlo. Así pues, aunque los hobbies no tienen tanto peso como otros factores a la hora de elegir a un candidato, si un candidato por ejemplo es aficionado a correr, esto transmite el ser una persona sana y capacidades como el afán por superarse y el sacrificio. Aspectos que se valoran mucho en puestos de responsabilidad.
