¡Por fin! Después de echar cientos de curriculums nos han llamado para acudir a la ansiada entrevista de trabajo. Hemos pasado a la siguiente fase y aunque obviamente el seleccionador ha visto algo en nosotros que le ha hecho pensar que podríamos ser un candidato idóneo para ocupar el puesto, es importante que sepamos responder bien a las preguntas del entrevistador para que podamos entrar a formar parte de la empresa o pasar a la siguiente fase, según sea el caso. El problema es que en la entrevista, aunque puede tener muchas simulitudes con un examen, estamos prácticamente a ciegas. No sabemos qué tipo de entrevista deberemos pasar ni las preguntas que nos harán, por lo que no podemos prepararnos las respuestas de memoria. Pero la buena noticia es que podemos ver ejemplos y formarnos para superar la entrevista de trabajo.
Lo cierto es que factores como el perfil del candidato, el tipo de empresa y las responsabilidades que ostentará el candidato si consigue el puesto, determinarán el tipo de entrevista de trabajo a la que tendrás que enfrentarte. Hay seleccionadores más incisivos, agresivos, otros que hablan poco o que hacen sentir cierta incomodidad al candidato. Por lo general, el tipo de reclutador que más solemos encontrar en las empresas es el corporativo. Aquel que busca que el candidato se ajuste a las exigencias de la empresa al 100%. No obstante, no todas las empresas cuentan con un departamento de recursos humanos, por lo que muchas veces cuando necesitan contratar a un nuevo empleado, recurren a un reclutador externo para llevar a cabo el proceso de selección que no siempre están al tanto de cómo funciona la empresa.
En cualquier caso, el objetivo final de todos ellos es saber el mayor número de detalles sobre la vida profesional y personal de la persona a la que están entrevistando para decidir cuál es todos ellos es el mejor para cubrir el puesto vacante. Y aunque no podemos saber con seguridad cómo será la entrevista ni las preguntas que nos harán, si podemos informarnos sobre los tipos de entrevistas de trabajo que existen para que no nos pille tan de sorpresa y sepamos cómo actuar. Por eso, para que te resulte más sencillo, hoy te traemos algunos ejemplos de entrevistas de trabajo más populares entre las empresas.
ENTREVISTAS DE TRABAJO EN FUNCIÓN DEL NÚMERO DE PARTICIPANTES
1. Entrevista de trabajo individual
Este tipo de entrevista suele ser la más frecuente. En ella las preguntas y respuestas se van sucediendo sin que exista un patrón definido a seguir. Con lo cual las preguntas y el orden de los temas dependen de las preferencias de la persona que se encarga de realizar la entrevista. Para el candidato es uno de los mejores formatos, ya que no resulta tan intimidante como cuando son varias personas las que hacen la entrevista.
2. Entrevista de trabao "panel"
La forma de proceder es muy similar a la de la entrevista individual, pero son varios entrevistadores los que realizan las preguntas al mismo tiempo. La mayor ventaja para la empresa es que permiten un alto grado de profundización una vez que el candidato ha pasado el trance de tener que enfrentarse a varios entrevistadores.
3. Entrevista de trabajo en grupo
Este tipo de entrevista se parece mucho a la entrevista de panel, pero en este caso el candidato no se enfrenta a todos los seleccionadores de forma simultánea, sino que va siendo entrevistado en distintas fases por los responsables de los distintos departamentos de la empresa. Por lo general, uno de ellos suele ser el psicólogo de la compañía. El objetivo de este tipo de entrevistas es valorar al candidato en base a los criterios de cada uno para poner en común todos los puntos de vista para tomar una decisión en conjunto y decidir cuál es el candidato que mejor se ajusta al perfil que se está buscando.
ENTREVISTAS DE TRABAJO EN FUNCIÓN DEL PROCEDIMIENTO DE LA ENTREVISTA
1. Entrevista de trabajo estructurada
Este tipo de entrevista es la más rígida de todas. Las preguntas son preparadas previamente por la empresa y no varían. De esta manera, es mucho más fácil unificar criterios y valorar candidato. El problema es que no permite profundizar en las preguntas más interesantes. Por eso, es aconsejable realizarla únicamente cuando es necesario cubrir varios puestos a la vez y no se dispone de mucho tiempo para tomar la decisión.
2. Entrevista de trabajo no estructurada
Al contrario que en la entrevista estructurada, en este tipo de entrevista las preguntas no se han fijado con anterioridad y la conversación va fluyendo en función de las preguntas y respuestas que vayan surgiendo en cada momento. De hecho, las preguntas van surgiendo muchos veces en base a las respuestas que va dando el candidato. Con lo cual, el entrevistador solamente tiene en mente algunas líneas generales de por dónde quiere llevar la conversación y va improvisando sobre la marcha. El problema es que al no haber sido planificada, se corre el riesgo de olvidar preguntar sobre temas importantes que podrían resultar interesantes para tomar la decisión final.
3. Entrevista de trabajo mixta
La entrevista mixta combina algunos aspectos de la entrevista estructurada y de la no estructurada. El reclutador lleva algunas preguntas clave preparadas porque realmente le gustaría contar con esta información, pero también va realizando al candidato otras preguntas que van surgiendo a medida que avanza la conversación en base a sus propias respuestas.
4. Entrevista de trabajo "tensión"
Es la que entraña mayor dificultad para el candidato, ya que el seleccionador intenta mantener la tensión en el candidato mediante determinados comportamientos o preguntas que puedan incomodarle. El fin es valorar sus reacciones ante los distintos elementos de presión con los que lo va poniendo a prueba. Los peor parados ante este tipo de entrevistas suelen ser aquellos candidatos que cuentan con poco control emocional, ya que se les suele coger en las mentiras que hayan podido incluir en el curriculum cuando se realizan preguntas muy detalladas. Los comportamientos más normales de los seleccionadores en este tipo de entrevistas son por ejemplo criticar las opiniones del candidato, interrumpirle con frecuencia o guardar silencio durante largo rato después de que haya terminado de hablar.
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