Muchas veces, debido a la falta de costumbre o por desconocimiento, puede resultarnos complicado escribir textos. Aunque todos aprendemos a leer y escribir desde niños, no todos sabemos cómo escribir correctamente. Y es que escribir bien es un arte reservado a unos pocos. Al fin y al cabo, al igual que ocurre en otros ámbitos de la vida, es algo que requiere de dedicación y esfuerzo. Es cierto que para muchos es un don innato, pero también es necesario entrenarlo para que podamos ofrecer lo mejor de nuestro talento. Como decía Thomas Edison "el genio es un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de sudor". Así pues, el artista es un inspirado trabajador nato. Por mucho talento que tengamos, sin la técnica adecuada y el esfuerzo, todo el talento que tengamos no servirá de nada. Existen talleres literarios que te ayudarán a practicar.
Por mucho talento que tengamos, el trabajo es el 99% del éxito
Por tanto, aprender a escribir bien requiere de un proceso que nos permita también aprender a corregir, a cortar, a eliminar todo lo superfluo, pues todo aquello que no es interesante no es arte. Y eso solamente se consigue con práctica y esfuerzo. Un texto con faltas gramaticales y ortográficas, además de decir mucho de su autor, se vuelve menos claro y más difícil de comprender y, por tanto, aburrido de leer, lo que lleva a una catastrófica pérdida de la atención. Pero además, es fundamental saber ordenar las palabras y organizar las ideas para que resulte fácil de leer. El objetivo es saber transmitir, ya sea en el ámbito literario, en el empresarial o en el estudiantil. Si el mensaje no llega a los lectores y estos no son capaces de entender lo que se escribe, todo el trabajo quedará en saco roto. El mensaje del emisor debe penetrar sin esfuerzo en la mente del lector. Lo cual obviamente requiere de técnica y esfuerzo, como veníamos diciendo.
¿Cómo aprender a escribir correctamente?
1. Leer
No importa qué tipo de texto queramos crear. Ya sea una narración, un documento de trabajo o un libro, es fundamental que el escritor lea mucho. Aunque no lo creas, tomar un hábito de lectura frecuente hace que nuestro cerebro vaya aprendiendo sobre la forma en que se debe escribir, sobre las reglas ocultas, sobre los estilos de diferentes escritos y, poco a poco, aprenderá a desarrollar su propio estilo.
2. Escribir
Al igual que cualquier trabajo o ejercicio que hagamos, para aprender a escribir correctamente se necesita práctica. ¿Intentarías correr una maratón sin haber salido a correr durante las semanas previas? Pues a la hora de escribir ocurre lo mismo. No podemos aspirar a escribir un texto digno de Cervantes si no practicamos. Escribir se aprende y mejora sobre la marcha, por lo que la práctica es fundamental si queremos mejorar. Guarda un texto que hayas escrito recientemente y vuelve a mirarlo un año después de haber estado practicado. Seguro que ves los progresos.
3. Investigar
Antes de escribir, es importante buscar información sobre el tema que queremos tratar y la mejor forma de construirlo. Debemos preguntarnos si sabemos todo lo que necesitamos sobre el tema y si tenemos todos los datos y documentos necesarios. En función del tipo de texto podemos buscar uno parecido que pueda servirnos como modelo tanto en estilo como en enfoque.
4. Claridad
Es fundamental tener claro de qué vamos a hablar en el texto, cuál es el tema y qué ideas queremos tratar. Si no tenemos claro cuál es el objetivo de nuestra redacción, es recomendable tomarse unos minutos para pensar y elaborar un esquema para que podamos incluir lo más importante y no nos olvidemos de nada. Incluso puedes clasificarlas por orden de prioridad.
5. Evitar los textos sobrecargados
No uses palabras demasiado barrocas o expresiones muy elaboradas que resulten difíciles de entender. Un buen escritor no tiene necesidad de demostrar cuán amplio e impresionante es su vocabulario. Aunque, nuestro lenguaje sea muy rico, el arte está en saber encontrar las palabras más adecuadas para escribir un texto que fluya de manera natural, sin pretensiones, sencillo y que se entienda con claridad.
6. Escribir un primer borrador
Si escribir en el teclado te resulta incómodo, puedes hacerlo a mano. Desarrolla un primer borrador con las ideas que habías propuesto en el esquema y no te preocupes demasiado si no has seguido el orden que habías establecido en un primer momento. Tampoco te castigues por la ortografía y la sintaxis. El objetivo de esta primer borrador es volcar todas las ideas sin censura.
7. Revisar la ortografía
Es el momento de revisar el borrador y seguir las normas gramaticales de la RAE. Pon especial atención también en las repeticiones de palabras e ideas, asegúrate que hayas incluido todos los puntos que querías tratar y si el texto es capaz de transmitir el mensaje que buscabas. No importa si tienes que tachar, cambiar cosas, precisar algunas ideas o añadir lo que falte.
8. Descansar
Después de haber realizado todas las correcciones y estés conforme con lo que has escrito, no lo mires más por un tiempo. Pueden ser horas o días, según el tiempo que tengas para entregarlo. Vuelve entonces a darle un repaso para hacer los retoques que consideres oportunos.
9. Realimentación
También puede ser de ayuda que lo lea otra persona para obtener otro punto de vista diferente. Suele decirse que cuatro ojos ven más que dos y otras personas podrían aconsejarte sobre lo que has escrito y decirte si el texto les ha resultado ameno o aburrido y si han captado el mensaje con claridad.
10. Hoja en blanco
Muchas personas sienten verdadero pánico cuando se sitúan ante la hoja en blanco. Sobre todo si tienen que escribir un texto con una extensión considerable. Los expertos aconsejan que ante la hoja en blanco, lo mejor es lanzarse a escribir plasmando esas primeras ideas que contemplamos en nuestro esquema y no dar mucha importancia, ya que no se trata del texto definitivo. Ya habrá tiempo para hacer los cambios necesarios.