El estrés laboral es una reacción natural de nuestro organismo que surge como defensa ante situaciones complicadas o que amenazan nuestra estabilidad en el entorno de trabajo. De hecho, esta sensación puede llegar a ser tan habitual que es posible que ni siquiera seamos conscientes de los niveles de estrés a los que estamos expuestos cada día. Nos acostumbramos a llevar un ritmo de vida demasiado agitado y solemos restarle importancia pensando que no hay forma de combatirlo. De esta forma, terminamos siendo presas del nerviosismo, la inquietud, la ansiedad, el temor y la angustia. Y no sólo eso, sino que además el 20% de los problemas cardiovasculares están relacionados con el estrés en el trabajo, sumando otros de carácter gastrointestinal o psicológicos.
El estrés laboral no depende del cargo que ocupemos
Podríamos pensar que cualquier persona que ostenta un cargo de responsabilidad en una empresa sufre constantemente de estrés laboral y en algunos casos se cumple. Pero resulta curioso comprobar cómo algunos de los hombres más ricos y exitosos de nuestro planeta, al lado de los cuales nuestras responsabilidades languidecen, han conseguido librarse del estrés laboral y mantener la calma incluso en los momentos más críticos. Estamos hablando de grandes líderes como Bill Gates o Carlos Slim. Ellos saben perfectamente que mantener la calma les permite tomar mejores decisiones, organizar sus ideas y tener una mente clara y firme para cumplir con los objetivos que se han propuesto. Lo que además les ahorra mucho tiempo de trabajo y ser más productivos.
Hay que generar cambios rutinarios para combatir el estrés
Pero, ¿cuál es el secreto para mantener a raya el estrés laboral? Los seres humanos somos capaces de detectar amenazas cuando se producen cambios repentinos en nuestro entorno. Sin embargo, estos cambios no se consideran como una amenaza cuando son graduales. Con lo cual, si de pronto nos vemos expuestos a una elevada carga de trabajo, recibimos un ascenso a un puesto de mayor responsabilidad o el ambiente de trabajo se vuelve complicado, es normal que nuestros niveles de estrés aumenten. No obstante debes saber que existen algunos cambios que podemos incluir en nuestra rutina diaria para combatirlo.
8 consejos para librarte del estrés laboral
1. Levántate con tiempo
Aunque no lo creas, levantarse tarde y correr para llegar a tiempo al trabajo hace que lleguemos estresados. Prueba a levantarse unos minutos antes, desayunar tranquilo y poder ir a la oficina sin prisas. Verás cómo tu día empieza mejor.
2. Repasa tus tareas diarias
Haz un análisis rápido de las tareas que debes hacer cada día, asegurándote de que cuentas con todo lo necesario para llevarlas a cabo. De esta forma, no tendrás que hacer cosas de última hora o tener que ir a buscar lo que necesitas, causando mayores tensiones a lo largo de tu jornada laboral.
3. Establece prioridades
Es fundamental que priorices las tareas que tienes que hacer. Y es que si tienes la agenda abarrotada y no te enfocas en lo que corre más prisa no solamente cometerás errores, sino que además es bastante probable que te retrases. En cambio, si desde los primeros momentos de tu jornada, te organizas bien, conseguirás que tu día sea más productivo.
4. Dedica tiempo a pensar
El hecho de tener que entregar muchas tareas en poco tiempo, hace que muchas veces no prestemos la debida atención a los detalles, lo cual lleva a cometer errores. Pero también reduce nuestros niveles de eficiencia y productividad. Puede que consigas entregarlo todo a tiempo, pero tendrás que solucionar los errores posteriormente, lo que al final te llevará más tiempo que si hubieras hecho las cosas bien desde el principio.
5. Tómate un descanso
En la mayoría de las empresas actuales hay salas de descanso donde es posible reunirse con los compañeros y distraerse aunque solamente sean 5 minutos. Aunque creamos que se trata de una pérdida de tiempo, es muy recomendable hacerlo, ya que trabajar demasiadas horas sin parar hace que nuestra capacidad de concentración disminuya considerablemente. El simple hecho de levantarse y caminar por la oficina para estirar las piernas puede ayudar a reducir tu cansancio mental y el estrés.
6. Organiza tu espacio de trabajo
Aunque muchas veces no seamos conscientes de ello, lo cierto es que nuestro lugar y el ambiente de trabajo influyen notablemente en nuestra estabilidad mental. Imagina, por ejemplo, que has terminado un informe hace varias semanas, pero que a la hora de entregarlo no consigues localizarlo entre el montón de documentos que tienes sobre la mesa.
7. Evita las distracciones
Evita atender asuntos personales o estar expuesto a demasiadas distracciones que puedan hacer disminuir tu productividad, especialmente en los días de entrega. Las llamadas de teléfono, el email o las redes sociales son algunos de los mayores responsables de ello. Esto no significa que debas desatender otras obligaciones, simplemente establece un tiempo para cada cosa y no intentes hacerlo todo al mismo tiempo. De lo contrario, no conseguirás concentrarte en lo que estás haciendo.
8. Desconecta del trabajo
Para muchos profesionales con trabajos de responsabilidad desconectar completamente del trabajo puede suponer un gran desafío, incluso en fines de semana o en vacaciones. Ser un adicto al trabajo es uno de los principales puntos que pueden acabar provocando estrés laboral, por lo que es importante disfrutar de nuestros días libres al máximo. Intenta dejar todas las tareas cubiertas con antelación en la medida de lo posible y olvídate de ello cuando salgas de la oficina. Al volver, seguro que tu mente está mucho más clara.
En definitiva, es importante evitar que el estrés laboral acabe con nosotros. Hay multitud de actividades con las que puedes distraerte y librarte de él como leer, hacer deporte, pasar tiempo con la familia o los amigos o practicar alguno de nuestros hobbies. Por supuesto, jamás debemos llevarnos las preocupaciones a casa, pues todo lo demás no servirá de nada. Hay un momento para cada cosa, solamente tenemos que aprender a organizarnos bien y tomarnos las cosas con más calma, tanto por el bien de nuestra salud física como mental. Y si creemos que no somos capaces de gestionar nuestras responsabilidades siempre puede ser interesante realizar algún curso de habilidades directivas que nos ayudarán a lidiar con estas cargas.